
Marmotango
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Un patrón decorativo es un diseño o motivo de tamaño más bien reducido que es susceptible de repetición, tanto vertical como horizontalmente, y que por tanto, a base de ellas, no solo puede llenar completamente un espacio mucho mayor que su propio tamaño, sino que la misma cadencia o ritmo de tales repeticiones produce un efecto armónico, lo que le otorga precisamente su característica decorativa. La esencia de un papel decorado es su propia multiplicación. En el otro lado de la balanza está, naturalmente, la obra artística, una creación única, original e irrepetible. Y, entre medias, un montón de posibilidades. El grabado, una obra de arte que admite un cierto grado de multiplicación. Y el marmoleado y la técnica del papel al engrudo, que consistiendo mayoritariamente en un corpus de modelos establecidos, cada repetición es a la vez un original y una copia, siempre algo diferente, de ese original.
El reto que me propuse esta vez era utilizar algunos de los motivos o patrones originales que habían aparecido a lo largo de mi trabajo como marmoleador, unas veces por suerte y otras por constancia, y convertirlos en patrones decorativos. Había que lograr no solo que se pudieran repetir en un papel, sino que se pudieran hacer series de papeles, e incluso, que alterando los colores, el motivo permaneciera constante y reconocible. No me atrevo a pensar que sean nuevos modelos, me gusta verlos como mis propias versiones de ciertos modelos clásicos. Aunque en un caso, la casualidad sí que hizo aparecer un patrón que me parece ciertamente inusual.
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Arriba, el modelo "Art Nouveau", en voga en la Alemania de los años treinta del siglo XX, y un par de mis "copias".
Mi "interpretación" del modelo, sin embargo, requiere el uso de mis queridos peines.
Azul y verde,
y marrón o rojo.
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