miércoles, 29 de julio de 2009

Los jovenes y el engrudo.

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Antes de que empiece Agosto quiero recordar un “tallercito” de papeles al engrudo que hice a finales de Junio en la librería especializada en temas infantiles y juveniles “Kirikú y la bruja”, en la calle Rafael Salazar Alonso, 17, de Madrid.

Aquí se fomenta el amor al libro y a la lectura, empezando por los más pequeños. Se realizan talleres literarios los viernes y sábados durante el curso, pero además se organizan otras actividades relacionadas con el mundo del libro. Así, un viernes de cada mes, Olga Espartero y Lourdes Sobrino imparten un curso de iniciación a la encuadernación, contribuyendo con esta actividad a desarrollar la imaginación de los niños y su aprecio al libro. Me invitaron a hacer un taller uno de esos viernes, y pensamos en el último del curso para celebrar de alguna manera su final con juegos de colores. Elegí la técnica de los papeles al engrudo, porque no requiere tantos medios como el marmoleado y porque, según dicen... es un juego de niños.

Yo sabía que no lo es desde que aprendí a pintar estos papeles con Susanne Krause, quizá la mejor profesora de esta técnica que se puede encontrar hoy en el mundo, y que desde luego, la enseña con tanta profesionalidad y rigor que lo menos que uno puede pensar es que es una técnica tan seria como cualquier otra. Pero a lo que íbamos: dicen que son un juego de niños, y aunque estoy seguro que no, pensaba que quizá fueran lo más indicado para pasar un par de horas “jugando” a pintar papeles. Papeles al engrudo. No sabía dónde me metía.


Los preparativos no son muchos, pero siempre despiertan expectación.

Mi primera intención fue, naturalmente, enseñar cómo se hacen algunos modelos que luego mis estudiantes podrían adaptar a sus proyectos de encuadernación.


Uno de los diseños romboidales característicos de esta técnica.

Me siguieron un poquito, al principio. Aprendieron a teñir el engrudo, a extenderlo sobre el papel humedecido, a rayar con peines hechos de diversos materiales...



Lo principal de los papeles al engrudo es que los diseños no se consiguen añadiendo pintura con pinceles o brochas, sino "retirándola" del papel. Con cualquier cosa, con instrumentos de fortuna, una esponja, una pinza de la ropa, el mango de un pincel... o con los dedos del artista. Y aquí acabó la enseñanza académica porque...

...cuando dije esto se le encendió la cara a Gonzalo...

... que enseguida interpretó "dedos" como "manos"...

...para acabar intentándolo... hasta con la cara.


Todos siguieron el ejemplo de Gonzalo, y yo me dediqué a admirar el derroche de creatividad del grupo.





El efecto fue igual de contagioso entre los padres...





Todos aprendimos y disfrutamos. Y todos los chavales quedaron bien satisfechos con sus papeles pintados al engrudo que utilizarán el año que viene en uno de sus libros...



...o ¿acaso su satisfacción seria porque acababa el curso?...

...Si, seguro que era porque empezaban las vacaciones.