Quería haber hecho una broma.
¿Ser o no ser? La celebérrima cita de Hamlet.
¿Marmoleado o no marmoleado? Esa es la cuestión.
Y luego las fotos.
Un frasco de arena del desierto: no es marmoleado.
Y debajo un papel marmoleado de similar apariencia.
Un jarrón de Tiffany.
Y finalmente, lo más sabroso, un pastel...
...y otro modelo de papel, similar al jarrón y al pastel.
¿Verdadero o falso? ¿Sueño o realidad?
La broma era sobre Shakespeare y sus palabras.
Pero no la voy a hacer.
Porque cuando preparaba esta entrada sucedió la catástrofe del terremoto en Haití.
Y ya no me apetece sonreír...
Tropecé con un libro de Azorín,
LA ISLA SIN AURORA,
y lo que leí;
el vaivén del modelo marmoleado,
que se llama precisamente eso,
va y viene, ida y vuelta;
y el terremoto me dejaron pensativo.
Al final me he decidido a publicar la entrada.
Como un miserable homenaje de mi impotencia.
Fijaos en ese modelo, en las líneas de la vida que van y vuelven.
Como dice Azorín al inicio de su obra:
Todo podía suceder y podía no suceder nada.
Pero no es cierto.
El movimiento de ida y vuelta es una falsedad.
Así lo explica el autor al final del libro:
El barco se llama "Sin retorno". ¿Comprendéis? Ese barco no retorna a ninguna parte. Los que viajan en él no vuelven nunca a nada. El "Sin retorno" se va y no viene. Es el símbolo del mundo. No se retorna a la juventud. No se retorna a la ilusión. No se retorna al fervor. Hagamos lo que hagamos, ya esos momentos han pasado y no pueden volver.
Bien lo saben en Haití.
¿Ser o no ser? La celebérrima cita de Hamlet.
¿Marmoleado o no marmoleado? Esa es la cuestión.
Y luego las fotos.
Un frasco de arena del desierto: no es marmoleado.
Y debajo un papel marmoleado de similar apariencia.
Un jarrón de Tiffany.
Y finalmente, lo más sabroso, un pastel...
...y otro modelo de papel, similar al jarrón y al pastel.
¿Verdadero o falso? ¿Sueño o realidad?
La broma era sobre Shakespeare y sus palabras.
Pero no la voy a hacer.
Porque cuando preparaba esta entrada sucedió la catástrofe del terremoto en Haití.
Y ya no me apetece sonreír...
Tropecé con un libro de Azorín,
LA ISLA SIN AURORA,
y lo que leí;
el vaivén del modelo marmoleado,
que se llama precisamente eso,
va y viene, ida y vuelta;
y el terremoto me dejaron pensativo.
Al final me he decidido a publicar la entrada.
Como un miserable homenaje de mi impotencia.
Fijaos en ese modelo, en las líneas de la vida que van y vuelven.
Como dice Azorín al inicio de su obra:
Todo podía suceder y podía no suceder nada.
Pero no es cierto.
El movimiento de ida y vuelta es una falsedad.
Así lo explica el autor al final del libro:
El barco se llama "Sin retorno". ¿Comprendéis? Ese barco no retorna a ninguna parte. Los que viajan en él no vuelven nunca a nada. El "Sin retorno" se va y no viene. Es el símbolo del mundo. No se retorna a la juventud. No se retorna a la ilusión. No se retorna al fervor. Hagamos lo que hagamos, ya esos momentos han pasado y no pueden volver.
Bien lo saben en Haití.
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