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Está en la calle la controversia sobre si el tamaño importa o no… ya se sabe lo que dice el refrán… grande, ande o no ande.
Hace poco tiempo, según una información proporcionada por Oughzan, Oz, desde Estambul, el profesor Ali Sentürk consiguió elevar el record del mayor Ebru (marmoleado) realizado hasta la fecha en 4,6 metros cuadrados…más. Es decir que el anterior record estaba en 20 metros cuadrados, y ahora ha quedado establecido en 24,6 ¡¡¡ No quiero ni acordarme del sufrimiento de las matemáticas, pero cualquiera puede hacer la cuenta y pasar esta medida a ancho por largo, una barbaridad de cubeta es lo que hace falta para pintar semejante ebru, sin duda.
Otro artista turco, famosísimo con todo merecimiento, Hikmet Barutcugil, realizó una demostración en la última feria del libro de Frankfurt, y de este evento, aunque muy deficiente tengo una foto, y basta mirarla para ver que la cosa por allí andaba, no sé si al final aún amplió más el record.
Hay un album de fotos dedicado a este evento en la pagina web de Hikmet, debeis avanzar hasta la mitad, más o menos: http://www.ebristan.com/?d=album&aid=3
Hikmet, según sigue contando Oz, ya marmoleó las cortinas de un hotel de cinco estrellas, mediante un procedimiento especial desplegando la tela enrollada a medida que la iba introduciendo en su cubeta. Probablemente estas cortinas son la tela más larga jamás marmoleada.
Pero hace años otro artista, norteamericano esta vez, iba por otro camino. Christopher Weimann publicó en 1980 un libro titulado: el marmoleado en miniatura. Su tamaño es de 7,5 centímetros de alto por 5,5 de ancho y las muestras originales “a toda página” de 5,5 por 4 centímetros. Replica a este tamaño modelos clásicos que se suelen pintar en pliegos de 50 por 70 centímetros. En la muestra del modelo de las “caracolas” por ejemplo, se pueden contar hasta 15, de manera que el efecto visual es exactamente el mismo que si se contemplara el modelo a tamaño “normal”. Para Oz, Weimann realizó el mayor marmoleado en miniatura del mundo. En lo que otros coincidieron, pues Weimann fue recompensado por este libro con el "Premio de Honor" en la exposición bibliográfica del Oeste en 1981.
Piensa Oz, con razón, que el tamaño no importa, ni lo grande es sinónimo de excelencia, ni lo pequeño de intrascendente. Una obra grande puede ser una obra de arte, o no; y una pequeña obra, como en este caso, es una gran obra de arte.
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sábado, 13 de junio de 2009
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1 comentario:
No me ho puc creure¡¡¡¡, la verdad Antonio, el ser humano¡¡¡ estamos todos de psiquiatrico¡¡¡.
La realidad siempre, siempre, siempre, supera la ficción, lo de las cortinas no tiene nombre, y me juego yo lo que tu quieras a que no te dejan tener una cubeta de 20 x 20, jajajajaja.
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